
En honor a las fiestas Decembrinas, aquí les va un escrito:
Lo acepto, soy la Grinch de la feria (Para los que no saben quien es el Grinch, es un personaje creado por Dr.Seuss que odiaba la Navidad y decidió robársela un año para que nadie fuera feliz... yo no me les tiraré la feria pero pues si soy la cascarrabias dañaparches de ese evento tan poco divertido para mi así que consideré apropiada la comparación.)
Llega Diciembre y Cali se prepara para brillar como lo hace una vez al año, con su reconocida Feria de Cali. Todos esperan con ansias estas fechas mientras que yo pienso en ellas con un tedio que si no fuera porque extraño ver a mi familia y amigos, me quedaría en Medellín.
Bueno, y no es que Diciembre sea horrible ni mucho menos, porque definitivamente es un mes lleno de familia, magia, sentimientos, luces y regalos, pero en Cali tiene un ingrediente extra: la Feria. Es una época donde todo el mundo es feliz, tomando, bailando, disfrutando de los excesos... pero para alguien que nació en Cali y que ha tenido que vivirla mil veces a palo seco (porque yo no me tomo ni un refajo), es la epoca más desesperante del año. Yo sé que muchos, en el grado de euforia y/o alicoramiento, ven a Cali como un paraiso en esa epoca del año, pero dejenme mostrarselas desde otro angulo: desde los ojos de una sobria permanente, que no sabe bailar, que no es muy amante de la música tropical, que le desesperan las multitudes y que cree que las corridas de toros son un acto de barabarie.
25 de Diciembre:
Todo el mundo está dormido, enguayabado o deprimido del dia anterior así que la ciudad está muerta... claro, hasta que llega la hora de almuerzo y nadie quiere cocinar ni comer de la comida que tragaron hasta quedar a punto de estallar el dia anterior (y que sobra aún como para una semana más). Se van entonces para Chipichape, Unicentro o el centro comercial que prefieran a almorzar y ver gente, así que al llegar alli, el lugar parece un concierto de un artista renombrado. El tumulto de gente es casi asfixiante, los gritos, las risas, los niños llorando y las conversaciones a todo volumen hacen que quieras salir corriendo de allí pero no puedes porque aún tienes que comer y como hay tanta gente, la comida prometerse demorarse bastante.
Sales lo antes posible de allí para evitar la cabalgata pero ya es tarde: las calles han sido despejadas y hay multitudes a ambos lados de la calle, la mayoría borrachos o en proceso. Es un espectáculo horrible e inhumano ya que no son más que un montón de idiotas, en su mayoría totalmente borrachos sobre el pobre caballito al que le toca aguantarselos durante todo el largo trayecto, con el calor, el bullicio y gente estúpida que hasta les tiran botellas! Ya han habido casos de caballos maltratados y sino estoy mal hasta muertos... no hay derecho. Intentas coger un taxi, pero es tarea imposible... todos los taxis se llenan, a pesar del exceso de taxis que hay en la ciudad. Terminas caminando hasta la casa, o en el mejor de los casos, buena parte del trayecto y te demoras eternidades porque pasas desde el amigo que te saluda en la calle hasta el borracho morboso que te dice cosas desagradables.
Llegas a la casa cansado, estresado, aburrido... a bañarte y a hacer pereza frente al t.v. pero los 25 no hay cosas muy buenas que ver asi que te preparas para dormir o salir... si es para dormir, ten por seguro que no lo lograrás. Las chivas cargadas de gente cantando, gritando y "perreando" pasan una tras otra. Otras cosas que pueden despertarte esa noche puede ser: polvora, mariachis, pitos de carros celebrando, fiestas en casas vecinas. Son pocos los que duermen esa semana, y este es apenas el primer día.
Si optas por salir, puedes tener por seguro que encontrarás rumba... pero como estamos en plena feria, será en su grandisima mayoría, salsa, reggaetton, vallenato, merengue y electrónica (de la pesada, repetitiva de discoteca), con tan mala suerte que son justo los ritmos que no me gustan.
Del 26 al 31 de Diciembre
Estos dias son básicamente la misma cosa, sólo que a veces comes afuera, y otras, disfrutas de tu eterna comida navideña que poco a poco va perdiendo su encanto. Los borrachos, las multitudes, la basura excesiva en cada cuadra de la ciudad, la falta de taxis, la bulla, los pitos, la polvora, las tascas, los accidentes, las chivas, los extranjeros, la música de Diciembre y sobretodo la maldita cancionsita de la feria, que terminas cantandola todo el día aunque la odies con cada fibra de tu ser, se vuelven cosa de todos los dias.
Llega el 31, que supuestamente es el final de la feria y sin embargo, esta apenas comienza.
Del 31 de Diciembre hasta el 6 de Enero:
Es en estas horribles fechas que pasa lo peor de la feria: las corridas de toros. Me provoca matar a toda esa gente que se pone a lastimar toritos a manera de juego! Jamás entenderé como la muerte y la crueldad pueden ser tomadas tan a la ligera. Ver como sufre el pobre animal, como la sangre sale a borbotones, como lo chuzan y el no tiene como defenderse del maldito del caballo... Las tascas, comida deliciosa pero muy costosa, son un negocio muy rentable y el punto de encuentro de los estratos más altos de Cali, por lo que siempre son una sensación y duran bastantico montadas (No sé cuanto porque no suelo ir mucho la verdad). Por estas fechas ya todo se reduce a toros y rumba porque oficialmente la feria ya se acabó pero para la mayoría, aún falta mucho.Siguen los dias llenos de toda la música que no me gusta, porque además hay eventos como "El superconcierto" o sólo rumba en todas partes, el estruendo, la pólvora, los accidentes, la basura, la violencia, los borrachos e ironicamente, la falta de descanso, justo en las vacaciones en las que uno busca eso. Ah y tambien pasa algo curioso... a pesar de lo llena que está la ciudad, casi todos los amigos se han ido a fincas o a otras partes y no hay nada que hacer. La televisión esta en vacaciones tambien asi que no hay sino pura pelicula de relleno.
Finalmente se acaba la feria. Las tascas desaparecen por un año más al igual que los extranjeros y las corridas de toros. De todo eso solo quedan los recuerdos y las montañas de basura por toda la ciudad. Y yo? Por fin puedo volver a tomarme un cafesito con un libro o cuaderno en mano, en Juan Valdez en Chipichape, sin estresarme por el tumulto de gente a mi alrededor... Si, soy la Grinch de la Feria... pero es que definitivamente, no cambio mi tranquilidad por nada, y mucho menos por lo que para mi representan esos tediosos dias: exceso de rumba, borrachos, basura, ruido, gente y mucho calor.